Soledad.

Y la soledad me acecha. ¿Dónde esta la gente? ¿Dónde están los demás? Mi mirada esta borrosa, las lágrimas hacen que no vea donde estoy. Solo tengo la certeza de que estoy sola, rodeada de soledad. La niebla no me deja ver más allá de mi mano frente a la cara. No puedo dejar de llorar, no paro de sollozar. El cuerpo se me ha descontrolado, la mente aún más. Y el mundo se tambalea bajo mis pies, quizás no literalmente pero si interiormente. Mi mundo ya no tiene sentido. Y si me dejo ir, ¿quién me echará de menos? ¿Quien se dará cuenta de que he desaparecido? Seguramente nadie. No importo tanto como para dejar marca, como para que no se olviden de mí. Soledad, dulce compañía de lágrimas. Dolor dulce, con sabor a desilusiones. Juraré una vez tras otra no volver a ilusionarme, y siempre caeré, volveré a caer y me desilusionaré de nuevo, por ti, por mí, por el destino.