Llegó a casa a las siete de la mañana, con los tacones en una mano. Viendo la luz del sol por la ventana. En días normales a esas horas me levantaría, pero hoy no. Hoy ya no. Llego a mi habitación y el patito que me cogías siempre que lo tiraba está encima de la cama. No le doy importancia. El portátil también esta. Lo abro por curiosidad sin intención de encenderlo y hay una hoja doblada dentro. La abro y hay escrito un:
"Buenas noches princesa.
¡¡ Te quiero!! "
Y su firma. Sonrío como una tonta, la guardo debajo de la almohada y me intento dormir con él en el pensamiento.
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